¿Cuál es el mejor horario para estudiar para concursos?

Cuando se trata de estudiar para concursos públicos, no solo importa qué y cómo estudias, sino cuándo estudias. Elegir el horario adecuado puede ser la clave para un mejor rendimiento, mayor concentración y memorización más eficiente. Pero ¿existe un “mejor” horario universal? La respuesta es: depende de tu ritmo biológico y estilo de vida. En este artículo, descubrirás cómo identificar el mejor momento para tus estudios y adaptar tu rutina para aprovechar al máximo cada minuto.

Entiende tu cronotipo: ¿eres diurno o nocturno?

Cada persona tiene un ritmo biológico natural, conocido como cronotipo. Saber cuál es el tuyo te ayuda a organizar el día respetando tus niveles de energía.

Personas matutinas

  • Tienen más energía por la mañana
  • Se concentran mejor antes del mediodía
  • Les cuesta estudiar de noche
  • Pueden rendir mejor entre las 6h y las 12h

Personas vespertinas

  • Se sienten más activas al caer la tarde o por la noche
  • Tienen dificultad para madrugar
  • Rinden bien entre las 14h y las 22h
  • Sufren si intentan estudiar temprano

Identificar tu cronotipo evita que luches contra tu cuerpo. Estudiar cuando tu cerebro está más despierto y enfocado mejora la productividad y reduce el desgaste.

Ventajas y desventajas de cada horario

A continuación, un análisis de las principales franjas horarias para estudiar, con sus pros y contras:

Mañana (6h – 12h)

Ventajas:

  • Ambiente más tranquilo
  • Menos distracciones externas
  • Mente más fresca después del descanso
  • Aprovechas mejor la luz natural

Desventajas:

  • Requiere dormir temprano
  • No es ideal para noctámbulos
  • Necesitas tiempo para “despertar” el cerebro

Ideal para: personas organizadas, con rutina estable y posibilidad de estudiar antes del trabajo o estudios.

Tarde (12h – 18h)

Ventajas:

  • Buena adaptación para quienes trabajan por la mañana
  • Ya pasaste por actividades del día y puedes concentrarte
  • Posibilidad de estudiar en bibliotecas u otros espacios

Desventajas:

  • Mayor movimiento y ruido externo
  • Puede coincidir con momentos de cansancio postalmuerzo
  • Compite con otras tareas familiares o laborales

Ideal para: personas con jornada laboral matutina o que estudian de forma híbrida.

Noche (18h – 23h)

Ventajas:

  • Ambiente más relajado
  • Menos interrupciones si vives con otros
  • Más flexibilidad después del trabajo

Desventajas:

  • Cansancio acumulado del día
  • Mayor propensión al sueño o distracción
  • Menor retención si estudias muy tarde

Ideal para: trabajadores con jornada completa, estudiantes nocturnos o vespertinos.

Madrugada (23h – 4h)

Ventajas:

  • Silencio absoluto
  • Zero interrupciones
  • Concentración extrema para algunos

Desventajas:

  • Puede afectar la salud a largo plazo
  • Sueño irregular disminuye la memoria
  • No es sostenible por mucho tiempo

Ideal para: quienes ya están acostumbrados a rutinas nocturnas extremas (con precaución).

Cómo descubrir tu mejor horario de estudio

Si aún no sabes cuándo estudias mejor, haz el siguiente experimento:

  1. Durante una semana, prueba estudiar en horarios distintos.
  2. Registra tu nivel de concentración y rendimiento en cada sesión.
  3. Identifica en qué momento tu mente estuvo más clara y activa.
  4. Ajusta tu rutina para estudiar preferentemente en ese horario.

Recuerda que tu mejor horario puede cambiar con el tiempo, según tus responsabilidades, empleo y estado emocional.

Qué hacer si no puedes elegir tu horario ideal

Mucha gente no puede estudiar en su mejor horario por tener una rutina rígida. En esos casos:

  • Ajusta el contenido al horario. Estudia materias más fáciles cuando estás cansado y deja las difíciles para cuando estés más lúcido.
  • Usa técnicas de activación. Lava la cara, toma agua fría, haz estiramientos o respira profundamente antes de estudiar.
  • Divide el estudio. Si no puedes hacer una sesión larga, haz tres sesiones cortas de 20-30 minutos.
  • Evita distracciones. Elige un ambiente adecuado, apaga notificaciones y mantén solo lo esencial a tu alcance.

Incluso si no puedes estudiar en tu mejor momento, con planificación y estrategia puedes mantener la constancia.

Crea una rutina personalizada

Una vez descubierto tu horario ideal, intenta establecer una rutina regular. Eso ayuda a:

  • Condicionar tu mente a entrar en “modo estudio”
  • Crear hábito y reducir la resistencia mental
  • Mejorar la calidad del aprendizaje a largo plazo

Ejemplo de rutina para persona matutina:

  • 06:30 – Despertar
  • 07:00 – Estudio (1 hora)
  • 08:00 – Trabajo
  • 20:00 – Revisión ligera del contenido del día (20 min)

Ejemplo para persona vespertina:

  • 07:00 – Trabajo
  • 18:30 – Estudio (1h30min)
  • 20:00 – Actividad ligera o descanso
  • 22:00 – Dormir

Adapta según tu realidad y compromisos. Lo importante es que el estudio esté en tu agenda todos los días.

Escucha tu cuerpo y sé flexible

A veces tendrás días más productivos, y otros en los que será difícil concentrarse. Eso es normal. La constancia no exige perfección, sino continuidad.

Escucha tu cuerpo, respeta tus límites y no te castigues si un día no rindes tanto. La clave es volver al ritmo al día siguiente.

El mejor horario es el que funciona para ti

No existe una regla mágica o fórmula universal. El mejor horario para estudiar es aquel en el que puedes mantener el foco, absorber el contenido y repetir esa rutina día tras día.

En lugar de buscar el momento perfecto, haz que cualquier momento sea útil. Con conciencia, estrategia y adaptación, puedes transformar incluso 40 minutos por día en grandes avances.

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