Cómo estudiar legislación para concursos públicos sin agobiarte

La legislación es una de las materias más temidas por quienes se preparan para concursos públicos. Leer artículos extensos, comprender normas técnicas y memorizar disposiciones específicas puede parecer una tarea difícil, especialmente para quienes no tienen formación jurídica. Sin embargo, con una estrategia clara y organizada, es posible estudiar legislación sin frustración y con resultados consistentes.

En este artículo, vas a aprender cómo estudiar leyes, decretos y normativas de forma práctica y eficiente, aunque nunca hayas abierto una Constitución antes.


¿Por qué estudiar legislación es tan importante?

Muchos concursos, especialmente los de nivel medio y superior, cobran conocimientos específicos de:

  • Constitución Nacional
  • Leyes orgánicas de instituciones
  • Estatutos de funcionarios públicos
  • Normas administrativas o sanitarias
  • Leyes sectoriales según el área del concurso (educación, salud, seguridad, etc.)

La legislación puede ser una parte decisiva del examen, ya que tiene preguntas literales, de memorización directa, y también preguntas de interpretación jurídica.


Primer paso: entender qué debes estudiar

Antes de comenzar a leer leyes al azar, necesitas tener claridad sobre:

  • ¿Qué leyes se exigen en el edital?
  • ¿Cuáles son prioritarias por su peso o número de preguntas?
  • ¿Qué banca aplicará el examen y cómo suele cobrar legislación?

Busca el edital anterior del mismo concurso u órgano y haz una lista con todas las normas requeridas.

Ejemplo de lista:

  • Constitución Nacional: artículos 1 al 37
  • Ley N° XXXX: Estatuto del Servidor Público
  • Decreto Nº XXXX: Código de Ética
  • Ley Orgánica de la institución X

Segundo paso: no leas como un abogado

Uno de los errores más comunes es intentar estudiar leyes como un profesional del Derecho, haciendo una lectura técnica y detallada desde el primer momento. Tú no estás estudiando para ser jurista, sino para aprobar un concurso.

Por eso, tu lectura debe ser:

  • Activa: toma notas mientras lees
  • Enfocada: empieza por lo que más cae en las pruebas
  • Segmentada: estudia pocos artículos por día
  • Práctica: conecta lo que lees con preguntas de concursos anteriores

No te pierdas en el lenguaje jurídico. Busca siempre el sentido práctico y funcional del texto.


Tercer paso: divide el estudio por bloques

Leer una ley entera de una vez es desmotivador. Divide el estudio en partes manejables:

  • Día 1: artículos 1 a 5
  • Día 2: artículos 6 a 10
  • Día 3: repaso + ejercicios
  • Día 4: artículos 11 a 15
  • Día 5: repaso general

Cada bloque debe incluir:

  • Lectura atenta del texto legal
  • Subrayado o resaltado de palabras clave
  • Anotaciones en los márgenes o en un cuaderno
  • Ejercicios específicos sobre esos artículos

Cuarto paso: haz tus propios resúmenes

Hacer resúmenes es una de las mejores formas de fijar el contenido en la memoria.

Puedes hacer:

  • Esquemas con numeración de artículos y temas tratados
  • Mapas mentales para visualizar jerarquías y relaciones
  • Cuadros comparativos (especialmente útil para estatutos y códigos)

Recuerda que el resumen debe ser tuyo. Evita copiar directamente de libros o PDFs. Lo importante es que tu mente trabaje con el contenido.


Quinto paso: estudia con preguntas anteriores

Después de cada bloque de estudio, busca preguntas reales sobre esos artículos. Esto te ayudará a:

  • Ver cómo la banca cobra el contenido
  • Identificar detalles que suelen aparecer en las pruebas
  • Verificar si entendiste realmente lo que estudiaste

Hay plataformas especializadas que organizan preguntas por ley y artículo. Aprovecha estos recursos al máximo.


Sexto paso: crea tarjetas de memorización (flashcards)

La legislación exige memorización literal en muchos casos. Las flashcards ayudan mucho con esto.

Ejemplo:

  • Frente: “¿Qué dice el artículo 5 de la Constitución?”
  • Reverso: “Todos son iguales ante la ley, sin distinción…”

Crea flashcards físicas o digitales (con apps como Anki o Quizlet) y revísalas todos los días durante 10-15 minutos.


Séptimo paso: usa técnicas mnemotécnicas

Las técnicas de memorización pueden ayudarte con fechas, nombres de leyes, artículos importantes o principios jurídicos.

Algunas ideas:

  • Acrónimos: usar la primera letra de cada palabra clave
  • Historias: inventar una situación para recordar el contenido
  • Rimas o frases absurdas que fijen la información

Cuanto más creativa sea tu asociación, más fácil será recordarla.


Octavo paso: haz simulacros solo de legislación

Una vez por semana, haz un simulacro solo de legislación. Puedes:

  • Seleccionar 20-30 preguntas antiguas
  • Usar un cronómetro (por ejemplo, 1 minuto por pregunta)
  • Corregir y anotar todos los errores
  • Revisar los artículos relacionados a cada error

Este proceso es muy poderoso para detectar tus debilidades reales y evitar sorpresas el día del examen.


Noveno paso: revisa siempre antes de dormir

Un buen momento para revisar legislación es al final del día, cuando ya has estudiado otras materias.

Usa ese tiempo para:

  • Leer tus resúmenes
  • Repasar tarjetas
  • Revisar lo que viste durante la mañana o tarde
  • Leer artículos importantes una vez más

Estudios indican que la revisión nocturna favorece la memorización a largo plazo.


Consejos adicionales

  • No intentes decorar todo de una vez. La memorización es un proceso acumulativo.
  • Si un artículo es muy largo, divídelo en partes o frases clave.
  • Lee en voz alta: mejora la fijación del contenido.
  • Haz esquemas con flechas, colores y dibujos para visualizar la ley.
  • Guarda un día por semana solo para revisar leyes vistas anteriormente.

Conclusión: estudiar legislación es cuestión de método

No necesitas ser abogado ni tener memoria fotográfica para dominar la legislación cobrada en concursos públicos. Lo que necesitas es organización, constancia y herramientas adecuadas.

Empieza hoy mismo aplicando estos pasos. Con el tiempo, verás que los artículos comienzan a tener sentido, que las preguntas parecen familiares y que la ley deja de ser un enemigo para convertirse en aliada.

Tu plaza está más cerca cada vez que entiendes mejor la norma. ¡Manos a la ley!

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