Cómo organizar tu rutina para estudiar y trabajar al mismo tiempo

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Estudiar para un concurso público ya es un gran desafío por sí solo, pero cuando se combina con una jornada laboral, puede parecer casi imposible. Sin embargo, muchos candidatos logran equilibrar ambos mundos con éxito y tú también puedes hacerlo. La clave está en tener una rutina bien organizada, disciplinada y flexible. En este artículo, te enseñaré cómo lograrlo sin sacrificar tu bienestar ni tus metas profesionales.

Comprende tu realidad y acepta tus límites

El primer paso es hacer un análisis honesto de tu rutina actual. Evalúa:

  • ¿Cuántas horas trabajas por día?
  • ¿Cuál es tu tiempo de traslado?
  • ¿Qué obligaciones tienes fuera del trabajo (familia, tareas domésticas, hijos, cuidado de personas mayores)?
  • ¿Cuánto tiempo libre real te queda?

Evita sobrecargarte con metas irreales. No necesitas estudiar 8 horas al día para tener éxito. Lo más importante es la constancia y la calidad del estudio. Incluso con solo dos horas al día, si son bien aprovechadas, puedes lograr excelentes resultados.

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Define tus objetivos con claridad

Tener metas claras es fundamental para mantenerte motivado y enfocado. Pregúntate:

  • ¿Para qué concurso me estoy preparando?
  • ¿Cuál es la fecha estimada de la prueba o publicación del edital?
  • ¿Qué materias debo priorizar de acuerdo con el contenido programático?

Una vez definido esto, divide tu preparación en objetivos semanales y mensuales. Esto te ayudará a visualizar tu progreso y a mantenerte en camino. Tener claridad en tus metas te protege del agotamiento mental y del abandono.

Diseña una rutina diaria realista

Ahora es hora de crear tu horario de estudios. Aquí hay algunas estrategias que funcionan para quienes trabajan:

Aprovecha los “tiempos muertos”

Identifica momentos que normalmente desperdicias y conviértelos en tiempo productivo:

  • Escucha podcasts o resúmenes mientras cocinas o conduces
  • Lee apuntes durante los trayectos en transporte público
  • Revisa flashcards antes de dormir o al despertar

Estos momentos pueden parecer pequeños, pero suman horas importantes a la semana.

Estudia en bloques pequeños

En lugar de largas sesiones de estudio, opta por bloques de 25 a 45 minutos. Es más fácil encajarlos en la rutina y evita el agotamiento.

Ejemplo de horario para quien trabaja 9 a 18:

  • 06:30 – 07:15: Bloque de estudio (revisión o lectura ligera)
  • 12:30 – 13:00: Flashcards o videos cortos
  • 19:30 – 21:00: Estudio intensivo (materias nuevas + ejercicios)

Elige los momentos del día en que estés más despierto y motivado, y reserva los temas más complejos para esos espacios.

Establece prioridades claras

Cuando el tiempo es limitado, necesitas tomar decisiones inteligentes:

  • Enfócate en las materias con mayor peso en el concurso
  • Dedica más tiempo a lo que tienes más dificultad
  • Haz revisiones regulares en lugar de solo avanzar contenido nuevo

Una técnica útil es el método ABC:

  • A: Tareas urgentes y críticas (ej. simulacros, revisar errores)
  • B: Tareas importantes pero no urgentes (ej. lectura profunda)
  • C: Tareas complementarias (videos motivacionales, lectura de blogs)

Así, garantizas que tu tiempo sea invertido en lo que realmente importa.

Elimina distracciones

Cuando tienes poco tiempo, cada minuto cuenta. Minimiza interrupciones con estos consejos:

  • Estudia con el celular en modo avión o usa apps como Forest
  • Usa auriculares con cancelación de ruido o música instrumental
  • Avisa a tus convivientes de tu horario de estudio para evitar interrupciones

Con solo 2 horas libres bien aprovechadas, puedes lograr más que muchos que estudian el doble con distracciones constantes.

Mantén un control de progreso

Llevar un registro de tu evolución te ayuda a no perder el rumbo. Puedes:

  • Usar una hoja de seguimiento con las materias estudiadas
  • Hacer un checklist semanal
  • Evaluar tu avance con simulacros mensuales

Además, puedes tener un “diario de estudio”, donde anotes tus reflexiones, sensaciones y logros. Ver tu propio avance es muy motivador.

Cuida tu salud física y mental

No caigas en la trampa de estudiar hasta el agotamiento. El cansancio extremo reduce la retención, afecta la concentración y puede generar estrés o ansiedad.

Consejos para mantener el equilibrio:

  • Dormir al menos 6-7 horas por noche
  • Hacer actividad física ligera (caminatas, yoga, estiramientos)
  • Alimentarse bien y evitar el exceso de cafeína
  • Tener tiempo para descansar, aunque sea 1 día por semana

Recuerda: no hay éxito si pierdes tu salud en el camino. Ser constante es mejor que ser excesivo y colapsar.

Usa tecnología a tu favor

Existen muchas herramientas gratuitas y efectivas para organizar tu tiempo:

  • Google Calendar o Trello: para organizar tu cronograma
  • Anki y Quizlet: para estudiar con flashcards y aplicar repetición espaciada
  • YouTube y plataformas educativas: para ver clases rápidas en pausas cortas
  • Apps de simulacros: para practicar desde el celular en cualquier lugar

Digitalizar parte de tu estudio puede hacerlo más accesible y dinámico, especialmente si trabajas y te trasladas mucho.

Encuentra tu mejor momento del día

Cada persona tiene un horario en que rinde mejor. Algunos prefieren estudiar temprano, otros después del trabajo. Identifica cuál es tu horario más productivo y reserva ese tiempo para los temas más complejos.

Incluso si solo tienes 1 hora, si la usas en tu momento ideal, los resultados serán superiores.

Aprende a decir no

Una de las habilidades clave durante esta etapa es saber priorizar. Es posible que tengas que decir no a invitaciones, eventos o actividades que antes hacías con regularidad.

Recuerda: no es para siempre, es solo una fase. Y cuanto más disciplinado seas agora, más rápido podrás disfrutar del resultado.

Sé flexible y adapta tu plan cuando sea necesario

Habrá días en que no podrás estudiar como planeaste. No te frustres. La clave está en adaptar tu plan y seguir adelante.

  • ¿No pudiste estudiar en la noche? Compensa el fin de semana
  • ¿Te surgió una reunión extra? Haz una revisión ligera en lugar del tema completo

No se trata de ser perfecto, sino de ser persistente. Lo importante es no parar por completo.

Conclusión: Sí se puede equilibrar trabajo y estudio

Muchos aprobados en concursos públicos tuvieron que conciliar trabajo, familia y estudios. No es fácil, pero es posible con estrategia, inteligencia emocional y organización.

Tú también puedes lograrlo. Comienza poco a poco, ajusta tu rutina, respeta tus límites y celebra cada avance. Cada hora dedicada te acerca un paso más a la estabilidad profesional que deseas.

La clave não es tener mucho tiempo, sino saber usar el poco que tienes con sabiduría. ¡Tu plaza está más cerca de lo que imaginas!

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