Hacer simulados regularmente es una de las estrategias más eficaces para quien desea aprobar un concurso público. Sin embargo, muchos aspirantes cometen el error de hacer simulados solo como una “prueba de fuego” ocasional, sin convertir ese ejercicio en una herramienta continua de aprendizaje.
En este artículo aprenderás cómo utilizar los simulados de forma inteligente, cómo analizarlos correctamente y cómo transformar cada error en una oportunidad de mejora real.
¿Por qué los simulados son esenciales?
Hacer simulados no es solo responder preguntas: es un entrenamiento completo para la mente. Simulan la experiencia real de la prueba, con tiempo limitado, presión psicológica, formato de preguntas oficial y contenido basado en el edital.
Ventajas principales:
- Entrenas tu resistencia mental y concentración por varias horas
- Identificas tus fortalezas y debilidades por materia o tema
- Aprendes a gestionar mejor el tiempo de resolución
- Te familiarizas con el estilo de la banca examinadora
- Reforzas el contenido a través de la práctica activa
Hacer simulados también ayuda a reducir la ansiedad en el día de la prueba, ya que la experiencia no será completamente nueva para ti.
¿Cuándo empezar a hacer simulados?
La mejor estrategia es no esperar demasiado. Aunque aún no domines todo el contenido, puedes comenzar a hacer simulados parciales por materia desde el primer mes de estudios.
Recomendación por fase:
- Primer mes: simulados temáticos (solo una materia o capítulo)
- Segundo y tercer mes: simulados interdisciplinares (2 o 3 materias mezcladas)
- A partir del cuarto mes: simulados completos cronometrados, con todas las disciplinas
No es necesario esperar hasta haber terminado todo el programa para entrenar bajo presión. Aprendes haciendo.
Cómo montar tu propio simulado
Puedes armar un simulado de diversas formas:
- Usando pruebas anteriores del mismo concurso o banca
- Seleccionando preguntas del mismo tema en sitios como QConcursos, EstudaQUIZ o TECConcursos
- Comprando simulados de plataformas especializadas (Gran Cursos, Estratégia, Alfacon)
- Mezclando preguntas de diferentes años, siempre siguiendo el edital
El simulado debe ser realista: mismo número de preguntas, distribución por materias y tiempo límite (por ejemplo, 4 horas para 100 preguntas).
Cómo corregir un simulado de forma estratégica
La corrección es el momento más valioso del simulado. No basta con saber cuántas acertaste: necesitas entender por qué acertaste y, sobre todo, por qué fallaste.
Paso a paso de la corrección:
- Separa las preguntas en tres grupos: acertadas con seguridad, acertadas por deducción y falladas.
- Anota las preguntas falladas en un cuaderno específico de errores.
- Busca la explicación del gabarito (respuesta correcta). Puedes usar videoexplicaciones o foros.
- Anota el motivo del error: ¿fue por distracción? ¿desconocimiento? ¿interpretación?
- Estudia el tema relacionado con la pregunta, aunque sea brevemente.
- Rehaz la misma pregunta después de una semana para verificar si la aprendiste.
Este proceso convierte cada error en una mini clase personalizada, enfocada justo en tus debilidades.
Crea un cuaderno de errores
Una de las herramientas más utilizadas por candidatos aprobados es el cuaderno de errores. En él anotas:
- La pregunta que fallaste (resumida o impresa)
- El tema relacionado
- La explicación correcta
- Tu observación personal: “me confundí con la palabra clave”, “no leí bien el enunciado”, etc.
Revisar tu cuaderno de errores una vez por semana te evita caer en los mismos errores y refuerza los puntos frágiles.
Mide tu evolución
Anota los resultados de cada simulado: nota total, aciertos por materia, número de errores por distracción, gestión de tiempo, etc.
Esto te permite:
- Ver si estás mejorando realmente
- Ajustar el cronograma para reforzar materias con bajo rendimiento
- Identificar tendencias de mejora o estancamiento
- Mantener la motivación al ver avances
Puedes usar una hoja de Excel, Notion o incluso un cuaderno físico para registrar estos datos.
Consejos para hacer simulados de forma eficiente
- Hazlos siempre en el mismo horario del examen real, si es posible.
- Evita interrupciones: sin celular, sin pausas, sin consultas.
- Cronometra el tiempo y practica el ritmo ideal (por ejemplo, 2 minutos por pregunta).
- No te detengas demasiado en una pregunta difícil, sigue adelante y vuelve al final.
- Respeta el formato oficial de la prueba (alternativas, marcación de gabarito, etc.).
- Revisa tu energía y concentración antes, durante y después.
Cuanto más parecido al examen real sea el simulado, más útil será el entrenamiento.
¿Cuántos simulados hacer por mes?
Esto depende de tu tiempo y nivel de preparación, pero como regla general:
- 1 simulado por semana (completo o parcial)
- revisiones semanales de errores
- 1 simulacro general mensual (con todo el conteúdo)
Si tienes menos tiempo, alterna semanas con simulados completos y otras con simulados solo de tus materias más difíciles.
Cómo usar los resultados en tu planificación
Los resultados de tus simulados no son un juicio final, sino una brújula de mejora. Después de cada simulado:
- Revisa en qué materia cometiste más errores
- Ajusta el cronograma para incluir más tiempo de estudio en esa disciplina
- Repite ejercicios del mismo tipo de pregunta
- Refuerza con videoaulas o resúmenes los temas que generaron errores
Con este enfoque, cada simulado se convierte en una herramienta de autoconocimiento, estrategia y progreso.
Conclusión: simular, corregir y avanzar
Hacer simulados y corregir tus errores de forma estratégica es una de las claves para avanzar con seguridad hacia la aprobación. No se trata de acertar todo desde el principio, sino de usar cada prueba como una oportunidad para aprender, ajustar y consolidar lo que ya sabes.
Estudia con estrategia, registra tu evolución y prepárate para llegar al día del examen con la seguridad de quien ya se entrenó en las condiciones más parecidas posibles.